Hoy el Cuento de la categoria Cuentos Originales sobre El extraño caso del profesor Bombón
El cuento de El extraño caso del profesor Bombón
El maestro Bombón era uno de esos tipos peculiares con pinta de científico ido, con el pelo revuelto, lentes redondas y cara de estar siempre y en todo momento concentrado en algún invento.
Mas, realmente, el maestro Bombón ni era científico ni estaba orate. Y lo que tenía entre manos no eran inventos. Bueno, a lo mejor sí, por el hecho de que lo que hacía el maestro Bombón era imaginar y redactar historias, si bien no tantas como desearía.
Realmente, el maestro Bombón se llamaba Felipe Casas. Mas todo el planeta le conocía como maestro Bombón pues todos son cuentos los concluía de exactamente la misma manera:
«Y colorín rojo, este cuento se ha acabado.
Y como me ha agradado, 3 bombones de un mordisco»
(Y se los comía, si bien fuera de patraña.)
El maestro Bombón era profesor de escuela. Sus pupilos le adoraban, por el hecho de que una gran parte del día lo dedicaba a inventar cuentos increíbles a fin de que los pequeños aprendiesen más y disfrutaran de las clases. Los pequeños asimismo participaban, complicando las historias de tal modo que en ocasiones eran prácticamente imposibles de solventar. Menos mal que el maestro Bombón tenía recursos de más para solucionar con ingenio cualquier situación, por difícil que pareciera.
Un día uno de los pequeños estuvo a puntito de tener un tremendo accidente en el instituto. Nuestro pequeño amigo decidió que deseaba hacer la trastada más vándala para transformarse en el protagonista de la próxima novela del maestro Bombón. No se sabe realmente bien de qué manera, mas el chaval apareció colgado de la lámpara del recibidor de la escuela, a múltiples metros del suelo.
El pequeño estaba asustadísimo, pues no sabía de qué forma bajar. Los chillidos y los lloros alertaron al maestro Bombón y al resto de maestros.
No temas, Pedro. Vamos a subir a por ti chillaba la directiva del instituto.
Mas era demasiado tarde. El peso del pequeño colgado de la lámpara era demasiado para el techo, y este comenzó a quebrarse.
¡Cuidado! ¡La lámpara se caerá!
En cuestión de segundos, la lámpara cayó al suelo y quedó hecha pedazos.
¿Y Pedro? ¿Dónde se encuentra Pedro?
Mira a ver si está bajo la lámpara.
No, acá no está.
Impresionantemente, Pedro estaba en la otra punta de la estancia, hecho un flan en brazos del maestro Bombón, mas sin un solo arañazo.
Absolutamente nadie podía explicarse de qué manera el maestro había podido hacer aquella pasmante proeza. ¿Sería el maestro Bombón un superhéroe disfrazado de profesor? ¿Habría logrado sus poderes tomando ciertas pócimas que diseñaba en sus cuentos? ¿Sería un extraterrestre mandado para explorar la Tierra, o bien quizá un mutante víctima de la polución atmosférica?
Por el instituto comenzaron a correr todo género de cotilleos y extrañas historias sobre el origen de los poderes del maestro Bombón. Conque no le quedó más antídoto que explicarles a los pequeños la verdad:
Queridos pupilos. No soy ningún superhéroe. Lo único que hice fue tirarme a por Pedro cuando vi que la lámpara comenzaba a descolgarse. Pedro se soltó conforme caía la lámpara, lo ví, corrí hacia él, me abalancé y pude cogerlo antes que cayese al suelo.
Entonces, ¿no es un superhéroe, maestro Bombón? preguntaron los pequeños, un tanto decepcionados.
No
Y entonces, ¿de dónde sacó la energía y el valor para lanzarse a por Pedro, maestro? prosiguieron preguntado los pequeños.
Del profundo amor que siento por todos de vosotros.
Mas a los pequeños esta explicación no les sirvió. Estaban seguros que era una mentirijilla de esas que cuentan los mayores para esconder su auténtico secreto. De cualquier modo, el maestro Bombón era un auténtico superhéroe, con lo que desde aquel día todos le llamaron profesor Superbombón.
Qué aprendimos del cuento El extraño caso del profesor Bombón
Esta historia nos habla como afirma el personaje del maestro Bombón al final, de amor. En un caso así del amor de un maestro por sus pupilos. Este sentimiento le lleva a actuar con bondad y sacrificio, poniéndose en riesgo para intentar salvar a su pupilo.
Finalmente asimismo esta historia nos habla de admiración, la que en un caso así sienten los pupilos por su maestro y que hace que para los pequeños no sea suficiente la explicación del maestro y lo prosigan considerando un superhéroe.