Hoy el Cuento de la categoria Cuentos Originales sobre El poderoso arcoíris
El cuento de El poderoso arcoíris
Hace muchos años, el planeta Tierra estaba dividido en 2 mundos muy, muy diferentes. En uno, reinaba el Sol y hacía mucho calor. En el otro, reinaba la lluvia y siempre y en toda circunstancia hacía frío.
El Sol y la lluvia no eran amigos. Cada uno de ellos estaba es su planeta y no se incordiaban en ir de un planeta a otro.
Un día, un rey poderosísimo de otro planeta vio lo que pasaba en la Tierra y se alarmó mucho.
– ¡Un planeta en el que solo hace Sol no puede subsistir! ¡Todos precisan el agua de la lluvia! Y un planeta en el que solo hay agua precisa Sol a fin de que los árboles, las plantas y los animales medren sanos afirmó el rey
Preocupadísimo, el rey deseó charlar con el Sol y con la lluvia para explicarles lo que pasaría si no hacían algo lo antes posible.
– Sol, debes ir al otro planeta a mojar con tus rayos de luz y calor a todos y cada uno de los seres vivos. Si no, todos van a morir.
Mas el Sol estaba muy agustito en su planeta y no hizo caso a lo que el rey le afirmaba.
Lo mismo pasó con la lluvia. El rey fue a charlar con ella para explicarle que debía ir al otro planeta a llevar un tanto de agua a fin de que todo no se acabase secando, mas la lluvia no mostró ningún interés:
– El Sol jamás ha venido por acá conque tampoco deseo ir allá. No somos amigos y no tenemos por qué razón serlo le afirmó la lluvia.
El rey se fue a su planeta preocupadísimo. Se quedó realmente triste a lo largo de un buen tiempo hasta el momento en que volvió a visitar la Tierra.
Cuando volvió las cosas no habían mejorado en absoluto:
– ¡Oh, No! En el planeta del Sol todo está seco, ya no hay plantas y todos se mueren de sed. Y en el planeta de la lluvia todo está estancado de agua y no hay flores ni plantas. ¡Esto no puede ser!
Y de súbito, ¡el rey tuvo una idea!
Con sus poderes creó un arcoíris lleno de color que serviría de unión entre los dos mundos y el Sol y la lluvia podrían ir de un planeta a otro rapidísimo y ser amigos.
– ¡Ahí va! ¿Y este puente de colores? se preguntó el Sol cuando vio el nuevo arcoíris.
La curiosidad le llevó a caminar sobre el arcoíris hasta el momento en que llegó al planeta de la lluvia.
Allá estaba todo oscurísimo mas conforme se fue acercando el Sol todo comenzó a llenarse de color.
– ¿Qué pasa? ¡Todo está realmente bonito! Y salen un montón de flores y plantas pensó la lluvia
Y mientras que la lluvia se preguntaba qué pasaba, el Sol se tropezó con ella.
– ¿Mas qué haces en este planeta? le preguntó la lluvia al Sol
Puesto que he venido prácticamente sin darme cuenta. Hay un arcoíris que lo llena todo de color y que une los 2 mundos le respondió el Sol
La lluvia, muy curiosa asimismo, fue a ver lo que pasaba y comenzó a caminar siguiendo el arcoíris Conforme andaba sobre él fue salpicando agua sobre el planeta del Sol y todo comenzó a parar de estar tan seco.
El Sol y la lluvia no comprendían nada, hasta el momento en que apareció el rey y les explicó:
– Este arcoíris nace de vuestra unión. Si sois amigos, siempre y en todo momento relucirá y os dejará ir de un planeta a otro. Es preciso a fin de que los 2 mundos prosigan existiendo pues el planeta del Sol precisa agua y el planeta de la lluvia precisa Sol.
El Sol y la lluvia estaban encantados con el nuevo arcoíris y se percataron de que todo era mejor si eran amigos. Desde ese momento, El Sol siempre y en todo momento fue al planeta de la lluvia y la lluvia fue al planeta del Sol y de esa forma lograron que los dos mundos estuviesen llenos de vida y color.
Qué aprendimos del cuento El poderoso arcoíris
Este cuento viene a decir a los pequeños que no deben llevarse mal con absolutamente nadie, especialmente si es un compañero a quien pueden asistir y que asimismo les puede asistir a ellos. Esto es exactamente lo que les sucede al Sol y a la Lluvia, que eran inútiles de percatarse de lo mucho que se precisaban mutuamente. Mas por suerte y merced al bueno del rey, que creó un arcoíris para unirlos, pudieron corregir su fallo y ser buenos amigos.