Hoy el Cuento de la categoria Cuentos Clásicos sobre Riquete el del copete
El cuento de Riquete el del copete
Érase una vez una reina que dio a luz a un pequeño feísimo con un copete de pelo sobre la frente. La reina empezó a plañir cuando lo vio, mas un hada que estaba presente en el instante de su alumbramiento le dijo:
– No os preocupéis majestad, por el hecho de que va a ser un pequeño muy inteligente y además de esto va a tener el don de poder hacer inteligente a la persona de la que se enamore.
Al escuchar sus palabras la reina se consoló un tanto, y la verdad es que con el tiempo, el pequeño probó de sobra su inteligencia. Riquete el del Copete, puesto que de este modo lo llamaba todo el planeta, terminó transformándose en un joven elocuente y también ocurrente del que todo el planeta quedaba encantado.
Pasados 7 o bien 8 años la reina de un reino vecino dio a luz a 2 pequeñas. Al ver a la primera, muy, muy bella, la reina se puso contentísima, mas pronto el hada que había estado presente a lo largo del nacimiento de Riquete el del Copete no tardó en advertirla de que la princesa sería tan bella como tonta. La Reina se apenó cuando oyó esto, mas lo hizo todavía más cuando vio que la segunda pequeña a la que terminaba de dar a luz era horriblemente fea.
– Apacible majestad, vuestra hija va a tener tanta inteligencia como fealdad.
– Mas, ¿y qué va a ocurrir con la mayor? ¿No podríais darle algo de inteligencia?
– Lo siento mucho, todo cuanto puedo hacer es concederle el don de transformar bella a la persona de la que se enamore.
Pasaron los años, y con ellos las virtudes, mas asimismo los defectos de las 2 princesas se acentuaban cada vez más y más. Al verlas a las 2 todo el planeta se aproximaba a la mayor para admirarla, mas en seguida perdían el interés cuando la oían decir estupideces continuamente. De tal modo que la pequeña terminaba captando todo el interés merced a su interesante charla.
La princesa mayor se sentía formidablemente sola y de ahí que un día decidió ir al bosque a plañir en soledad. Allá se halló con un hombrecillo feísimo. Se trataba del príncipe Riquete el del Copete, que había venido en su busca desde lejísimos puesto que estaba enamorado de su belleza.
– No comprendo que hace llorando una criatura tan hermosa como vos.
– Preferiría ser tan fea como vos y tener inteligencia en vez de ser tan hermosa y tan estúpida.
– Señora, si esa es la causa de todos vuestros males creo que voy a poder ponerle fin.
– ¿Ah sí? ¿De qué manera?
– Tengo el don de hacer inteligente a la persona a la que más ame, y esa sois vos, conque solo debéis casaros conmigo
La princesa no supo que decir, mas de manera rápida Riquete el del Copete añadió:
– No os preocupéis, no debéis responderme ahora. Podéis tomaros un tiempo para pensarlo.
Al cabo de cierto tiempo la princesa, que deseaba tener inteligencia, afirmó a Riquete el del Copete que se comprometía a casarse con él en un año.
Desde ese momento algo cambió en la princesa. Podía expresarse sencillamente y lo hacía con gran corrección y deliciosos modales. Cuando volvió al palacio todo el planeta quedó fascinado frente al cambio tan excepcional que había experimentado y no tardaron en llegar príncipes de reinos vecinos que procuraban conquistar su corazón.
Llegó uno rico y apuesto y si bien le agradó desde el primer instante decidió ir a meditar al bosque. Allá se halló con un conjunto abundante de chefs que preparaban un enorme banquete.
Mas cuando preguntó para quien trabajaban le respondieron que para la boda del príncipe Riquete el del Copete que se festejaba al día después. ¡La princesa lo había olvidado por completo al volverse inteligente y olvidar sus estupideces!
En ese instante el príncipe Riquete el del Copete apareció por allá.
– Disculpadme mas creo que no podré corresponderos como vos aguardáis.
– ¿Por qué razón? ¿Qué ha ocurrido? ¿Hay algo en mi que no sea mi fealdad y no os guste?
– No no lo hay. Sois un hombre inteligente, bueno y educado
– Entonces está en vuestra mano transformarme en el hombre más hermoso de entre todos y cada uno de los hombres.
– ¿En mi mano? – afirmó la princesa sorprendida
– Exactamente la misma hada que me concedió el don de hacer inteligente a quien amase os concedió a vos al nacer el don de hacer bella a la persona a quien amáseis.
– Nada me agradaría más. Deseo con mi corazón que os transforméis en el príncipe más precioso y agradable del planeta.
Y cuando la princesa pronunció estas palabras Riquete el del Copete se transformó en el hombre mejor plantado y más agradable que nunca había conocido.
Hay quien afirma que nada debió ver el hada y que todo fue fruto del amor de la princesa, que fue capaz de hacerle ver todas y cada una de las cualidades buenas de su amante sobre la fealdad de su semblante y de su cuerpo.
Qué aprendimos del cuento Riquete el del copete
Este cuento nos habla primordialmente del valor de la inteligencia sobre la belleza. Lo hace por medio de la historia de esta princesa que a pesar de ser realmente preciosa es formidablemente infeliz por no ser inteligente. Mas lo hace asimismo mediante Riquete el del Copete, quien es admirado por todos por su inteligencia pese a su aspecto.
Nos habla la historia asimismo de otros valores como son la bondad y el amor, a través del personaje de Riquete que es capaz de ofrecer su don a la Princesa debido al amor que siente por ella.