Peter Pan

Hoy el Cuento de la categoria Cuentos Clásicos sobre Peter Pan

Peter Pan

El cuento de Peter Pan

Hace cierto tiempo, allí por mil ochocientos ochenta, vivía en Londres la familia Darling. Estaba formada por el señor y la señora Darling y sus hijos: Wendy, Michael y John. Sin olvidar Nana, evidentemente, el can niñera.
Vivían felices y apacibles hasta el momento en que Peter Pan llegó a sus vidas. Todo empezó la noche en que Nana tenía el día de asueto y la señora Darling se quedó al cargo de sus hijos. Cuando todos, incluida , estuvieron dormidos el chico entró por la ventana. Mas entonces se despertó y se atemorizó tanto al verle que lanzó un fuerte grito. Entonces apareció Nana, que cerró la ventana para eludir que saliese y terminó atrapando su sombra. Y de esta forma fue como la sombra de Peter Pan terminó en un cajón de la casa de los Darling.
Una noche el señor y la señora Darling salieron a cenar a casa de los vecinos del número veintisiete. Los pequeños se quedaron en casa al cuidado de Nana y no tardaron en quedarse todos dormidos.
Mas cuando la casa estaba en silencio, entró una enana hada revoloteando a alta velocidad y tras ella, Peter Pan, presto a recobrar su sombra. La halló en el cajón en el que la había guardado Nana mas se apenó mucho cuando verificó que la sombra no le proseguía. Probó a pegársela con jabón mas no dio resultado y agobiado se sentó en el suelo a plañir.
– ¿Quién llora? – preguntó Wendy, a quien despertaron los gimoteos.
– Soy – respondió Peter
– ¿Cuál es tu nombre? – preguntó la pequeña, si bien estaba prácticamente segura de saber quien era
– Peter Pan
– ¿Y qué te pasa Peter?
– Que no consigo que mi sombra se me quede pegada
– Apacible. Creo que voy a poder cosértela
Wendy asistió a Peter y mientras que los 2 pequeños empezaron a hacerse amigos.
– Yo vivo en el País de Jamás Nunca. Es fantástico, allá eres siempre y en toda circunstancia un pequeño y no debes obedecer a absolutamente nadie. Conmigo viven los Pequeños perdidos, bien sabes, los pequeños que caen de los carros cuando la niñera mira a otro lado. Además de esto hay piratas, hadas, indios y todo tipo de seres.
Peter afirmaba que era muy feliz allá si bien reconoció que a él y a los Pequeños perdidos les agradaría que hubiera alguien que les contase cuentos como hacía ella con sus hermanos. Peter le planteó ir con él al País de Jamás Nunca y a Wendy le pareció inmediatamente una idea fantástica.
– Mas, ¿y mis hermanos? ¿pueden venir asimismo?
– Si tu deseas, ¡claro!
– ¡Estupendo!
Wendy despertó a Michael y John y Peter para empezar su viaje. Mas ya antes de partir Peter les explicó que debían aprender a volar. Les echó un tanto de polvo de hada por encima y enseguida los 3 pequeños empezaron a elevarse por el aire. A todos les pareció muy ameno y empezaron a dar vueltas y más vueltas por la casa. Armaron tal revuelo que terminaron despertando a Nana.
Peter la oyó venir con lo que pudieron regresar a sus camas velozmente tal y como si no hubiera pasado nada. De esta manera, cuando la niñera entró en la habitación pensó que los 3 dormían plácidamente.
Mas Nana estaba intranquila y estaba prácticamente segura de que algo extraño ocurría en el cuarto de los pequeños, de forma que corrió a informar a los señores Darling. Mas cuando volvieron, los pequeños ya no estaban. Los 3 habían partido con rumbo a Jamás Nunca inquietos y también ilusionados por vivir aquella fabulosa aventura.
Volaron a lo largo de días atravesando océanos mas al final llegaron al país de Jamás Jamas.
Al primero que vieron desde el aire fue al temible capitán Garfio, el peor contrincante de Peter Pan. En una lucha hacía tiempo Peter había conseguido quitarle la mano derecha y de ahí que el pirata llevaba en su sitio ahora un garfio. Mas lo manejaba con perfección y eso, unido a sus ganas de venganza, lo hacían peligrosísimo. Si bien había algo a lo que el capitán Garfio tenía miedo: el cocodrilo. Una vez estuvo a puntito de comérselo y de ahí que ahora no deseaba otra cosa que no fuera . Menos mal que el capitán le lanzó un reloj y de ahí que ahora hacía tic-tac toda vez que se aproximaba.
Llegaron hasta el sitio donde estaban los Pequeños perdidos. Mas Campanilla, que estaba muy recelosa de Wendy por el hecho de que estaba todo el tiempo al lado de Peter, se adelantó para urdir algo.
– Peter afirma que ataqueis a Wendy – le afirmó a los Pequeños perdidos.
– ¡Conforme! – respondieron todos al tiempo corriendo a por sus arcos y flechas
Conque los pequeños empezaron a disparar sus arcos y flechas cara Wendy y sus hermanos. Mas por fortuna no les pasó nada.
Cuando llegó Peter tras todos les echó una enorme bronca.
– ¿Mas qué hacéis? ¡Encima que os traigo a una madre a fin de que os cuente cuentos la recibís de esta forma!
Los Pequeños perdidos, que iban vestidos con las pieles de los osos que cazaban, se excusaron y Peter les presentó a Wendy y a el resto.
– Estos son Tootles, Slightly, Nibs, Curly y los gemelos
– Hola – respondió la chavala – Estos son mis hermanos Michael y John y soy Wendy.
Wendy y sus hermanos decidieron quedarse allá y así como los Pequeños perdidos y Peter formaron una enorme familia que vivía feliz en su guarida subterránea.
Un día estaban los pequeños jugando en la laguna de las sirenas, específicamente en la Roca de los Desprotegidos, cuando sucedió algo extraño. De pronto el Sol desapareció por completo, se hizo a la noche y entre las sombras apareció un bote con 2 de los piratas de Garfio, Smee y Starkey, que llevaban como presa a la princesa india Tigridia. Peter, Wendy y el resto se ocultaron y vieron como lanzaban a Tigridia sobre la Roca de los Desprotegidos. Entonces a Peter se le ocurrió una idea.
– ¡Soltadla! – afirmó a los piratas imitando la voz del capitán Garfio
– ¿Capitán? – afirmaron los 2 piratas mirando a todos y cada uno de los lados
– ¡Ya me habéis oído! ¡Hacedlo!
Con lo que los piratas cortaron las cuerdas que capturaban a la princesa. Entonces apareció por la laguna el capitán Garfio a bordo de su navío. Iba para contarles que sabía que los Pequeños perdidos habían encontrado una madre y en modo alguno podían dejarlo.
– Los raptaremos, los vamos a obligar a lanzarse por la borda y Wendy se transformará en nuestra madre.
– ¡Sí! ¡Es una idea estupenda capitán!, respondieron Smee y Starkey
Wendy se quedó pálida al escuchar aquello y Peter, que no soportó más mudo, nuevamente imitó la voz de Garfio. Mas esta vez el pirata fue más listo que en otras ocasiones y supo que se trataba de Peter Pan. Lo halló y luchó contra él hasta el momento en que consiguió herirlo con su garfio, mientras que los pequeños escapaban en el bote. Wendy se salvó merced a la ayuda de las sirenas y a la cometa que Michael había perdido unos días ya antes y que apareció por allá, al tiempo que Peter consiguió subsistir merced a la ayuda de la pájara de Jamás Nunca.
Aquella aventura hizo que Peter se hiciese amiguísimo de los indios pieles rojas, puesto que le estaban agradecidos por haber salvado a la princesa Tigridia y prometieron defenderlo con sus arcos y flechas del ataque de los piratas.
Una noche estaba Wendy contando a los pequeños su cuento de ya antes de ir a dormir cuando charló de las madres, de lo buenas y atentas que son con sus hijos. Peter no estuvo conforme con las ideas de Wendy y discutió con ella y al tiempo los hermanos de la chica comenzaron a sentir añoranza con lo que entre todos decidieron que había llegado el instante de regresar a casa.
– Nos vamos a ir esta noche – respondió tajante Wendy
Los Pequeños perdidos se sintieron realmente tristes al escuchar esto y decidieron que se irían con ella. No de esta manera Peter, que de ninguna forma deseaba desamparar el país de Jamás Nunca. Cuando menos se preocupó por el hecho de que Campanilla y los pieles rojas acompañasen a los pequeños por el bosque en su camino de vuelta a Inglaterra.
Mas en su camino de vuelta brotaron nuevas dificultades. Los piratas estaban al tanto de que iban a pasar por allá y los aguardaban subidos a los árboles del bosque. Los pequeños, y tampoco Peter Pan, se podían aguardar algo de esta manera, con lo que los cogieron desprevenidos.
Mientras Garfio asistió a la guarida segrega de Peter, donde el chico pasaba el tiempo en soledad haciendo ver que no le importaba haberse quedado solo. El pirata y se ocultó en un leño y aguardó a que Peter se durmiese para echar en un vaso que tenía el chaval al lado de su cama un tanto del veneno secreto y mortal que siempre y en todo momento llevaba consigo. Esta vez lograría terminar con él.
Mas en medio de la noche Campanilla llegó para contarle a Peter lo ocurrido y advertirle de que sabía que el capitán Garfio le había echado veneno en su vaso. Con lo que Peter salió veloz con sus armas presto a salvar a los pequeños.
Peter llegó hasta el navío de los piratas, el Jolly Roger, un navío siniestro en el que los pequeños estaban a puntito de ser obligados a saltar por la pasarela al mar.
Los piratas estaban anudando a Wendy al palo mayor en ese instante cuando de pronto sonó algo que absolutamente nadie aguardaba… Tic- tac, tic-tac, tic-tac…
– ¡Es ese maldito cocodrilo! ¡Veloz Smee escóndeme! ¡No permitas que me coja!- chilló Garfio preso del pavor
Mas allá no había ningún cocodrilo, era Peter, que habilidosamente se había hecho pasar por él. cuando Garfio fue a su camarote a ocultarse Peter apareció en la cubierta del navío de un salto y comenzó a terminar con los piratas uno por uno. Mas desde sus aposentos Garfio dejó de escuchar el tic-tac y pensó que el cocodrilo había escapado y podía salir nuevamente.
Al salir Garfio se halló con múltiples piratas fallecidos. Absolutamente nadie sabía qué había ocurrido precisamente conque todos comenzaron a meditar que el navío estaba maldito puesto que ya se sabe que los piratas son algo supersticiosos. Estaban a puntito de lanzar a Wendy por la borda persuadidos de que era quien atraía a la mala suerte, cuando Peter salió de su escondrijo para evitarlo.
– ¡Joven atrevido, prepárate para fallecer! – afirmó Garfio
– ¡De eso ni hablar maldito capitán Garfio! ¡No es mi hora sino más bien la tuya! – respondió el valiente Peter Pan
Se enzarzaron en una violenta lucha de espadas y al final Garfio terminó gravemente herido en las costillas, tanto, que no vio salida y decidió lanzarse por la borda sin saber que el cocodrilo lo estaba

Qué aprendimos del cuento Peter Pan

Este cuento nos habla de muchos valores diferentes encarnados en 2 de sus personajes primordiales. Por una parte tenemos a Peter Pan, todo un caso de bravura, que prueba que con su ingenio y también inteligencia es capaz de derrotar al capitán Garfio, considerablemente más fuerte que . Por otra parte tenemos a la dulce Wendy, que nos enseña el valor de la bondad mediante la manera en que se comporta con sus hermanos y con los Pequeños perdidos.

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