El extraño viaje de Leo a la Luna

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El extraño viaje de Leo a la Luna

El cuento de El extraño viaje de Leo a la Luna

Leo soñaba con volar a la luna. Todas y cada una de las tardes se tumbaba en su cama y se imaginaba de qué manera sería su viaje a bordo de su nave espacial.
Alzan, su hermano mayor, se metía con él pues siempre y en toda circunstancia estaba con la cabeza en otra parte. Le agradaba incordiarle poniendo la música altísima o bien jugando a sus juegos para videoconsolas a todo volumen.
Leo no podía aguantarlo. En ocasiones creía que sería estupendo ser hijo único o bien que su hermano se fuera a vivir a otro lado.
Un día Leo se quedó dormido mientras que planeaba nuevamente su viaje espacial. De pronto, en el jardín de su casa apareció una pequeña aeronave suficientemente grande para pudiesen viajar 2 astronautas.
-¿Puedo ir contigo? -preguntó Alzan a su hermano pequeño.
-¡Claro! ¡Vámonos!
Los 2 hermanos, ahora transformados en compañeros de viaje, despegaron con rumbo a la Luna.
Por la ventana podían contemplar la Tierra transformada en una mácula azul y blanca en la mitad del espacio negro.
-¿Ves allá la Luna, Alzan? – preguntó Leo, que estaba a cargo de la aeronave
-Sí, cada vez estamos más cerca.
-Conforme mis cálculos vamos a llegar en cuarenta minutos
El tiempo pasó rapidísimo. Cuando se dieron cuenta, los 2 hermanos estaban preparándose para alunizar.
-Pierdo el control Alzan. ¡Sujétate fuerte!
El alunizaje fue bastante brusco. Tras revisar que los dos estaban bien, Alzan y Leo se pusieron sus trajes completos de astronauta y bajaron a inspeccionar la superficie y a revisar que la nave no había sufrido ningún daño.
-Semeja que hay inconvenientes -afirmó Leo. Las baterías de arranque están muy dañadas y el tren de aterrizaje está destrozado. No sé que vamos a hacer…
-Deja de preocuparte, Leo, estamos juntos en esto. Lo resolveremos y volveremos a casa.
Entre los 2 hermanos consiguieron reparar la nave a fin de que despegase. Debieron empezar el arranque desde fuera, mas algo salió mal y también Alzan no podía subir a la nave. Su traje se había enganchado.
-¡Apacible, voy a asistirte! -le chillaba Leo a su hermano.
-¡Es peligroso Leo, déjalo! – afirmó Alzan
-Estamos juntos en esto, ¿recuerdas?
De súbito, Leo oyó una voz:
-¡Eh, enano, que te has quedado dormido! ¿Ya soñabas con tus viajes espaciales otra vez, eh?
-¡Alzan! -afirmó alterado Leo -. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?
Leo respiró aliviado al ver que todo había sido un sueño.
-¿Sabes, Alzan? En ocasiones me sacas de quicio mas deseo que sepas que en el fondo te cariño.
-¿Eh? ¿Y a ti qué te pasa?
Leo le contó a su hermano su extraño sueño y, sin percatarse, los 2 comenzaron a charlar de naves espaciales, extraterrestres y un montón de cosas más que a los 2 les interesaban y que ni tan siquiera sabían que tenían en común.
Desde ese día los 2 hermanos pasan considerablemente más tiempo juntos, ideando historias y diseñando modernas estaciones espaciales.

Qué aprendimos del cuento El extraño viaje de Leo a la Luna

Este cuento habla de algo tan universal como es el amor entre hermanos. Un sentimiento que a los pequeños, cuando son pequeños singularmente, les cuesta comprender puesto que lo más frecuente es que discutan entre ellos.
Con esta historia van a poder comprender que en su hermano puede estar asimismo su mejor amigo, con lo que en vez de perder el tiempo discutiendo lo mejor que pueden hacer es gozar del tiempo que pasen con él.

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