La niña gatuna

Hoy el Cuento de la categoria Cuentos Originales sobre La niña gatuna

La niña gatuna

El cuento de La niña gatuna

Tina era una pequeña que vivía en una vieja casa de una aldea donde había muchos gatos. Le encantaba jugar con ellos y siempre y en toda circunstancia estaba rodeada de gatos de todos y cada uno de los colores y tamaños.
En su casa vivían más de 100 gatos. Si Tina salía de casa, todos y cada uno de los gatos la acompañaban y los habitantes de la aldea, a quienes no les agradaban los gatos, se reían de ella.
– ¡Mirad! ¡Ahí va la pequeña gato! ¡Miau! ¡Miau! ¡Vete con tus gatos feos y malos a otro sitio! – le chillaban burlándose
Mas a Tina le daba igual. Ella era muy feliz con sus gatos y, además de esto, ocultaba un enorme secreto: ¡era la única persona en el planeta que podía charlar con los gatos! Absolutamente nadie más podía hacerlo.
Un día que hacía mucho Sol, Tina salió con sus gatos al jardín de su vieja casa. Todos brincaban de un lado a otro y Tina se lo pasaba excelente. Cuando ya estaban cansados, se sentaron a reposar y a contar historias entretenidas.
Uno de los habitantes de la aldea pasó por delante del jardín y vio que Tina hablaba con los gatos.
– ¡Jajajaja! ¡Tina, estás desquiciada! ¡Los gatos no te comprenden! ¡ Charlas con ellos tal y como si fuesen personas! – le chilló mientras que corría a contárselo al mundo entero.
Mas a Tina le daba igual. Ella sabía su secreto y no le importaba que el resto se riesen de ella.
Todos en la aldea se enteraron de las insesateces de Tina y cada vez se burlaban más de ella. Toda vez que pasaban por su parte le chillaban ¡Miauuuu! ¡Miauuuuu!
Los gatos de Tina entraban y salían de casa de forma libre. Cuando les apetecía iban a dar un camino por la aldea a husmear y buscar cosas con las que jugar. Si bien a los habitantes no les agradaba verlos por ahí pues creían que eran malísimos.
De este modo fue de qué forma se enteraron de lo que había ocurrido en la aldea.
– ¿Sabes que ha desaparecido otro perro? ¿Otro? ¿Cuántos van ya? – preguntó un vecino preocupadísimo
– Creo que más de veinte – respondió otro
– ¡Uff mi madre! ¡Debemos hallarlos! – planteó un tercer vecino
Un día, mientras que perseguían a unos ratoncitos por el bosque, llegaron a una cabaña extrañísima y tuvieron mucha curiosidad por saber qué había dentro.
Cuando se asomaron por la ventana, ¡se llevaron un muy, muy grande susto!
Allá había una hechicera desalmada que tenía secuestrados a un montón de perros de la aldea. Deseaba transformarlos en bichos maléficos.
Los gatos fueron corriendo a casa de Tina a contarle lo que había pasado y fue de manera rápida a la aldea a contarle a todos y cada uno de los habitantes lo que hacía la hechicera desalmada.
– Habitantes de este pueblo, mis gatos me han contado dónde se encuentran vuestros perros. Debemos meditar un plan por el hecho de que si no la hechicera los transformará en bichos desalmados – le explicó a todos
Los habitantes de la aldea empezaron a reírse y burlarse de ella:
– ¡Estás ida! ¡Tus feos gatos no pueden haberte contado nada por el hecho de que los gatos no charlan! Y, además de esto, ¡las brujas no existen!
Mas Tina no se rindió y reunió a todos y cada uno de los gatos de la aldea. Todos fueron a la cabaña de la hechicera para salvar a los perros y aprovecharon que la hechicera dormía para sacar uno a uno a los perros sin que se diera cuenta.
De súbito, la hechicera se despertó y se enojó mucho, mas entre todos la encerraron en su cabaña a fin de que no pudiese salir jamás más y se fueron corriendo.
Cuando llegaron a la aldea, todos y cada uno de los habitantes vieron que lo que Tina afirmaba era verdad y se alegraron mucho de ver a sus perros.
– Tina, te solicito excusas representando a todos. No deberíamos haberte dicho todas y cada una esas cosas. Has sido buenísima arriesgándote para salvar a nuestros animales. Te lo agradecemos mucho – afirmó uno de los hombres de la aldea.
– No pasa nada. Ya sabéis que los gatos si charlan.
Todos se echaron a reír y desde ese momento supieron que Tina era una pequeña mitad humana mitad gato que podía charlar con los felinos .

Qué aprendimos del cuento La niña gatuna

Este curioso cuento hace a los pequeños comprender que no deben prejuzgar a alguien que no conozcan por su comportamiento en tanto que la mayor parte de las veces solo les servirá para confundirse con respecto a esa persona.
Por otra parte la historia de Tina es asimismo una historia en la que está muy presente la bondad, puesto que la pequeña, a pesar de no ser es bien tratada por el resto de los vecinos de la aldea, se expone para salvar a sus perros. Además de esto la pequeña no duda en disculparles cuando estos reconocen que se habían equivocado y le solicitan excusas.

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