El espejo mágico

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El espejo mágico

El cuento de El espejo mágico

Érase una vez una princesa que vivía encerrada en su castillo. Sus progenitores no la dejaban salir de allá por temor a que le pasase algo. Mas como la princesa tenía allá dentro todo cuanto deseaba no protestaba.
Un día, cuando la princesa se miró en el espéculo, le dio la sensación de que no era tan guapa como anteriormente. Y eso le enfadó. Con lo que solicitó a sus progenitores, los reyes, que le adquirieran un espéculo en el que se viese tan bonita como era ya antes.
Los reyes le obsequiaron otro espéculo, mas tampoco funcionaba. Procuraron otro, mas tampoco calidad. De los 100 espéculos que le obsequiaron a la princesa no funcionaba ninguno.
La princesa estaba cada días un poco más y más triste pues cada vez se veía más fea. Los reyes decidieron entonces ofrecer a su hija en matrimonio al príncipe que fuera capaz de hallar un espéculo que le gustara a la princesa.
Miles y miles de príncipes fueron a ver a la princesa con sus espéculos, mas todos fueron rechazados. Ningún espéculo lograba devolver a la princesa su belleza.
Hasta el momento en que un día apareció por allá un joven que no era príncipe llevando un espéculo muy singular. Mas como el chaval no era un príncipe no le dejaron pasar.
Otros mil príncipes pasaron por el castillo con otros mil espéculos, y tampoco ninguno le sirvió a la princesa. Entonces, aquel joven volvió con su espéculo. Los reyes, agobiados, le dejaron entrar.
Cuando la princesa cogió el espéculo se percató de que no tenía cristal, que solo le había dado el marco.
El joven le afirmó que el espéculo era mágico, y que solo funcionaba con la luz del sol de mediodía cuando uno se miraba en la mitad de un jardín lleno de flores que había al lado del río que se hallaba fuera de las murallas del castillo.
La princesa, llena de curiosidad, le solicitó a sus progenitores que la dejasen salir para probar si el espéculo funcionaba. Y, como no tenían nada que perder, le dejaron salir por vez primera del castillo.
La princesa miraba sorprendida a un lado y a otro puesto que todo lo que veía era completamente nuevo para ella. El canto de los pájaros, el tono de las flores, el sonido del agua que llevaba el río… todo le parecía fantástico.
– Ya hemos llegado princesa, este es el jardín del que os charlaba.
– ¡Vayaa! – afirmó la princesa con la boca abierta – que bonito, jamás había visto nada igual.
– En un caso así, venid conmigo princesa.
El chico y la princesa lo pasaron realmente bien corriendo por el jardín y sus aledaños. Si bien la princesa se apenó cuando el chaval le contó lo pobre que era. Le sorprendió que pese a tener poquísimo no dejase de sonreír continuamente.
– Soy feliz con lo que tengo princesa, jamás he tenido más conque tampoco lo echo de menos.
Las palabras del chaval hicieron meditar a la princesa, que se olvidó por completo del espéculo y pasó el resto de la tarde jugando y riendo en el jardín.
De vuelta en el castillo, los reyes vieron a la princesa tan feliz que de forma rápida preguntaron qué había ocurrido con el espéculo.
– ¡Ah, el espéculo! Lo cierto es que se me ha olvidado… de todas y cada una maneras creo que da lo mismo. No es tan esencial como pensaba. Buenas noches.- y se despidió de los 2 con un beso.
Los reyes se quedaron con la boca abierta al escuchar las palabras de su hija, y si bien en aquel instante no consiguieron comprender qué le había ocurrido, pronto supieron que había sido el chico quien le había hecho cambiar de parecer al contarle su historia.
La princesa empezó a salir a jugar algunas veces con aquel chico. Aprendió muchas cosas esenciales de él que la transformaron en una persona más fácil y humilde. Con el tiempo se hicieron buenísimos amigos y años después terminaron por transformarse en marido y mujer.

Qué aprendimos del cuento El espejo mágico

Este cuento nos afirma que debemos aprender a ser humildes y fáciles, dando relevancia solo a las cosas que verdaderamente la tienen y no preocupándonos por otras poco esenciales como puede ser la imagen. Si no lo hacemos, como le ocurría a la princesa al principio del cuento, nos va a ocurrir que no vamos a ser capaces de querer muchas cosas buenas que tiene la vida y como consecuencia, vamos a ser mucho menos felices de lo que podríamos ser.

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