Los dos gemelos y la caja mágica

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Los dos gemelos y la caja mágica

El cuento de Los dos gemelos y la caja mágica

Érase una vez 2 hermanos gemelos que se llamaban Juanito y Miguelito. Tenían exactamente el mismo color de pelo, exactamente los mismos ojos y exactamente la misma sonrisa. Además de esto su madre siempre y en todo momento los vestía igual. Mas había algo que los diferenciaba: uno era más travieso que otro. Juanito siempre y en toda circunstancia hacía rabiar a Miguelito hasta el momento en que lo hacía plañir.
En vacaciones fueron a visitar a sus abuelos. Ellos vivían en una casa en medio del bosque donde había muchos árboles y sitios para jugar. Un día, mientras que corrían al lado del río, Juanito hacía rabiar a su hermano de forma continua conque al final Miguelito decidió ocultarse en una casa de madera que halló por el camino.
Se quedó allá un rato aguardando a que Juanito lo dejase apacible cuando, de súbito, halló una caja que relucía mucho. Era una caja bella, bastante pequeña y pintada con muchos dibujos viejos. Miguelito se aproximó a la caja y la miró pausadamente hasta el momento en que la cogió y la abrió muy despacio. Al abrir la caja, una voz muy dulce le dijo:
– Soy la caja mágica de los deseos. Puedes solicitarme todo cuanto quieras mas debes ser bueno y no ser ególatra, sino más bien me voy a ir apagando poquito a poco hasta no poder hacer realidad los deseos de ningún otro pequeño jamás nunca.
Miguelito soltó la caja pues se atemorizó mucho al escuchar aquella voz, mas de manera rápida se aproximó nuevamente y volvió a abrirla.
– Pídeme un deseo y te lo concederé, mas piénsalo bien pues debe ser un deseo esencial – afirmó la caja.
Miguelito cerró la caja y la guardó en su mochila. Cuando llegó a casa de sus abuelos la ocultó bajo la cama sin percatarse de que su hermano Juanito, estaba espiándole desde la ventana.
Cuando Miguelito salió de la habitación, Juanito fue a buscar lo que su hermano había oculto y se halló con aquella bella caja. Cuando la abrió, la caja le dijo:
– Soy la caja mágica de los deseos. Puedes solicitarme todo cuanto quieras mas debes ser bueno y no ser ególatra, sino más bien me voy a ir apagando poquito a poco hasta no poder hacer realidad los deseos de ningún otro pequeño jamás nunca.
Juanito, de manera rápida, solicitó a la caja que aquella habitación se llenara de gominolas para él solo y la caja le concedió el deseo.
Comenzó a comer y comer hasta el momento en que llegó su hermano Miguelito. Este vio todas y cada una aquellas chucherías y solicitó a Juanito que le dejase comer alguna, mas su hermano le afirmó que todas y cada una eran para él pues de esta forma se lo había pedido a la caja mágica.
Miguelito se enojó mucho por el hecho de que su hermano le había quitado la caja y pues además de esto era ególatra al no estimar compartir con él ninguna gominola. Tenía temor de que la caja se enfadara conque fue corriendo a abrirla y fue cuando vio que la caja ya no relucía tanto.
Miguelito había pensado su deseo, conque cuando la caja le charló, le dijo:
– Caja mágica, me encantaría que me ayudaras a hacer que mi hermano se portase mejor conmigo, con mis papás y con nuestros amigos y que no fuese tan ególatra.
La caja le concedió el deseo y, por sorpresa, todas y cada una aquellas gominolas de la habitación desaparecieron. Juanito se sorprendió mucho, mas algo había alterado. En lugar de enojarse con Miguelito, se aproximó a él y dándole un abrazo fuerte le solicitó perdón por haberse portado mal con él.
Miguelito estaba muy feliz, por el hecho de que la caja mágica había cumplido su deseo. Ahora su hermano Juanito se portaba realmente bien con todos y jugaba con él sin hacerle rabiar.
Los 2 hermanos guardaron la caja mágica y prosiguieron pidiéndole deseos. Siempre y en toda circunstancia solicitaban juntos buenos deseos para su familia y sus amigos y la hermosa caja mágica jamás dejaba de relucir.

Qué aprendimos del cuento Los dos gemelos y la caja mágica

Esta historia nos habla de lo fuertes que son valores como la bondad y el amor en frente de otros negativos como el egoísmo. Lo hace mediante la historia de estos 2 hermanos gemelos al que uno de ellos cegaba el egoísmo puesto que no pensaba en otra cosa más que en él. Nos prueba de qué forma la esplendidez, la bondad y el amor por las personas que son esenciales para nosotros lo pueden todo, tal como ocurre con Juanito, que termina siendo tan bueno como su hermano Miguellito.

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