Las gemelas cotillas

Hoy el Cuento de la categoria Cuentos Originales sobre Las gemelas cotillas

Las gemelas cotillas

El cuento de Las gemelas cotillas

Ángela y Elena eran 2 hermanas gemelas que eran muy cotillas. Siempre y en todo momento estaban chismorreando y espiando al mundo entero para enterarse de todo y contarlo después a el resto.
Sus progenitores y sus amigos siempre y en toda circunstancia les afirmaban que eso estaba muy mal y que debían respetar al mundo entero. Mas a Ángela y Elena les daba igual . Siempre y en todo momento se reían de todo y de todos sin percatarse de que estaba muy mal hacer lo que hacían.
Un día, mientras que estaban en clase, hicieron algo feísimo.
– Ángela, ¿Has visto que Juan tiene su diario en la mochila? – le afirmó a su hermana Elena
– ¡Si! ¡Vamos a cogerlo y a leer lo que pone! – respondió Elena
Cuando pudieron, las 2 gemelas se aproximaron a la mochila de su compañero Juan y, sin pensarlo un par de veces, cogieron el diario y se lo llevaron para leerlo.
– ¡Jajajaja! ¡Mira lo que Juan escribe sobre Rosa! – afirmó Ángela
– ¡Y mira! Ha escrito que Alberto es un imbécil! – prosiguió Elena
Leyeron todo el diario de Juan y no pararon de reír. Y, por si no fuera suficiente, fueron contando al mundo entero lo que Juan había escrito.
Juan se enteró de todo y se enojó mucho.
– ¡Lo que habéis hecho está muy mal! ¡Todo cuanto escribo es mi diario es privado y por culpa vuestra todo el planeta conoce ahora mis secretos!
Mas a las gemelas les daba igual. Ellas proseguían sin comprender que charlar de los secretos del resto estaba muy mal.
– ¡Nos da lo mismo por el hecho de que no tenemos nada que ocultar! – afirmaban siempre y en toda circunstancia las gemelas.
Pasaba el tiempo y las 2 hermanas proseguían siendo igualmente cotillas y haciendo cosas feas. Cuando se enteraban de algo, lo contaban por ahí y no se fatigaban de espiar al mundo entero.
Mas lo que no sabían, es que había un hechicero que castigaba a todos y cada uno de los pequeños que se portaban mal.
El hechicero lo sabía todo y pensó en darles un escarmiento a las gemelas a fin de que aprendieran la lección.
Entonces, un día, cuando las gemelas entraron en su clase, todos y cada uno de los pequeños comenzaron a reírse de ellas.
– ¡Mirad! ¡Mas si son las gemelas que hasta los doce años se hacían pipí en cama! – chillaban y reían sus compañeros.
Ángela y Elena no comprendían nada hasta el momento en que vieron que alguien había escrito ese secreto en la pizarra.
– ¡No puede ser! ¡Jamás hemos contado a absolutamente nadie ese secreto! – afirmaban las gemelas
Ese día, cuando salieron de clase, vieron que todos y cada uno de los pequeños las señalaban con el dedo y se reían a carcajadas.
Cuando se dieron cuenta, había una pancarta enorme que decía: “Ángela está colada por Manuel y Elena desea ser novia de Pedro”
Las 2 gemelas se pusieron rojas como un tomate y se fueron corriendo a casa. Estaban tan abochornadas que no deseaban regresar a salir de su habitación ni tampoco ir al instituto al día después por el hecho de que sabían que todos y cada uno de los pequeños proseguirían riéndose de ellas.
Mas el que más se reía era el brujo:
– ¡Jajajaja! ¡Al fin las gemelas cotillas tienen su justo! ¡Espero que de esta manera aprendan la lección!
Y de esta forma fue. Las gemelas sintieron tanta vergüenza que al fin comprendieron lo mal que se habían estado portando hasta ese momento. Entendieron que debían respetar los secretos y la amedrentad de las personas.
El hechicero, cuando vio que las 2 hermanas habían comprendido todo, lanzó un conjuro para borrar de la psique de todos y cada uno de los secretos que unos sabían de otros y, desde ese momento, absolutamente nadie volvió a reírse de ningún secreto del resto.

Qué aprendimos del cuento Las gemelas cotillas

Este cuento enseña a los pequeños que deben tratar a las personas con respeto y consideración. Y eso incluye naturalmente, respetar su amedrentad. Si no lo hacen les puede suceder como a las protagonistas de este cuento, a las que llega un día en que son el resto quienes se lo pierden a ellas.

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